HOMEOPATÍA ESTEPONA: abril 2011Homeopatia Estepona

BOTIQUÍN HOMEOPÁTICO I














BOTIQUÍN HOMEOPÁTICO BÁSICO DEL HOGAR
En la Homeopatía clásica unicista el concepto básico es el tratamiento integral e individual de la persona. Para ello hablamos de tratamiento constitucional del paciente, por el cual el homeópata, después de obtener toda la información médica y personal del paciente busca un remedio homeopático que cubra el mayor número de síntomas así como de las características individuales de la persona. Es por ello que las primeras consultas homeopáticas se demoran al menos una hora u hora y media. Para que un tratamiento obtenga la máxima eficacia a medio y a largo plazo, el homeopata debe conocer a fondo la constitución del paciente.
Rara vez el homeópata unicista aconseja un remedio para paliar algún síntoma específico y aislado (como dolor de cabeza o infección de oido), ni un protocolo universal para una condicion general (como por ejemplo, contra la diabetes o durante el embarazo). Esto es porque la homeopatía unicista cree que el organismo debe ser tratado de forma integral y que tratar síntomas aislados sólo los suprime sin curar el fondo de la situación. Por supuesto en algunos casos si se dán remedios específicos en momentos de urgencia, por ejemplo Arnica o Bellis para trauma a los tejidos y golpes y accidentes, o remedios protocolarios profilácticos, como Oscilococcinum contra la gripe o Apis Mellifica contra posibles picaduras de abejas y avispas. En este sentido, también es posible utilizar la homeopatía como medicina de urgencia en casos particulares, aunque siempre que sea posible, deberá hacerse bajo la dirección de un homeópata. La automedicación –-sobre todo como práctica continuada—es peligrosa también en medicinas alternativas, incluyendo la homeopatía.
Sin embargo, una vez que un individuo o una familia están siendo tratados regularmente por un homeópata, es conveniente tener un kit de remedios homeopáticos en el hogar, de modo que si ocurre cualquier incidente, el homeópata puede indicar por teléfono que remedio dar de forma inmediata. Esto es algo extremadamente útil en el caso de tener niños en la familia, puesto que éstos pueden desarrollar cuadros de dolor, fiebre, trauma, etc. de forma rápida y con síntomatología aguda que requiere intervención inmediata. Muchas veces, poder dar un remedio homeopático de forma inmediata, resuelve la situación antes de que ir al pediatra o al hospital se convierta en algo acuciante; y en otras ocasiones, aunque sea necesario acudir al hospital, el remedio homeopático se puede convertir en un pequeño seguro de salud mientras se llega a manos de personal médico especializado.
A continuación listamos algunos de los remedios homeopáticos que conviene tener en el hogar como parte del botiquin familiar (las potencias ideales para remedios caseros son 7CH, 9CH):
Aconitum napellus: Es un remedio para estados de shock agudos, golpes de frio, tratamiento de enfriamientos, gripe y neuralgias
Arnica montana: Remedio para accidentes, golpes, con trauma a los tejidos; previene infecciones y procesos sépticos.
Apis Mellifica: Picaduras que escuecen y producen inflamación que mejora con aplicaciones de frío local, urticaria, quemaduras de sol y alergias.

Arsenicum album: Catarros con mucho frio, bronquitis con respiración asmática; cuadros de envenenamiento con comida en malas condiciones con vómitos y diarrea, frio y ansiedad.
Belladonna: Fiebres altas con sudores, cara roja y congestionada, dolores de cabeza con agitación, alucinaciones y hasta convulsiones.
Chamomilla: Dolores de dientes, especialmente para dentición infantil dificil y dolorosa; el niño está muy irritable y se enfada por cualquier cosa; sólo se calma si se le pasea en brazos o se le mece.
Cocculus indicus: Cuadros de mareo en coche o barco
Hypericum: Daños a las terminaciones nerviosas por causa de lesiones o accidentes
Ledum: Lesiones debidas a laceraciones, pinchazos, picaduras de insectos. Torceduras de tobillos
Nux vomica: Malas digestiones por exceso de comida y bebida fuerte, resacas de alcohol, envenenamientos por carnes en mal estado.
Pulsatilla: Cuadros de catarro con mucha mucosidad amarillo-verdosa, infecciones de oidos, conjuntivitis. El niño está llorón y no se despega de la madre.
Rhus Toxicodendron: Urticaria por contacto con ortigas y dolores reumáticos que se agravan con la humedad
Ruta: Tratamiento de dislocaciones, varices y tendinitis.
Silicea: Remedio que ayuda a la supuracion de heridas infecciosas, y a la expulsión de objetos extraños del cuerpo, como espinas
Recordamos que los remedios homeopáticos no se deben tocar nunca con las manos, y deben tomarse disueltos en agua o bien sublingualmente. Los remedios deben descontinuarse en cuanto se ve una mejoría, o si al cabo de unas cuantas tomas no parecen hacer efecto. Mientras se toman remedios homeopáticos no se debe tomar café, menta o productos de mentol, ni usar linimentos con alcanfor, perfumes ni colonias. Los remedios se deben tomar media hora antes o despues de las comidas.
Finalmente volvemos a recomendar que los anteriores remedios se utilicen con discrección y bajo la dirección del homeópata unicista que le trate a usted y a su familia.
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¿POR QUÉ ELEGIR LA HOMEOPATÍA UNICISTA O CLÁSICA?








La homeopatía unicísta es aquella que utiliza un remedio homeopático único cada vez dirigido a restablecer la salud de la persona mediante la regulación bioenergética de la persona que consulta tanto en el plano físico como en el mental.
La Homeopatía unicísta está basada en los principios establecidos por su descubridor Samuel Hahneman, medico alemán del siglo XVIII, que después de sentirse decepcionado con la medicina de su época, dedico su vida a la búsqueda de un sistema de medicina diferente que pudiera producir curaciones profundas y duraderas en el ser humano.
Hahneman comprendió que la enfermedad no es simplemente un conjunto de síntomas físicos o mentales que incomodan más o menos al paciente, sino que se trata de un desequilibrio de su energía vital central. La energía vital es la fuerza que rige la conformación, el sostenimiento y el desarrollo de todos los seres vivos. En estado de armonía, la energía vital se expresa en salud y vigor, y en estado de desequilibrio, en enfermedad y debilidad. Toda alteración material, estructural o funcional del organismo, es siempre una manifestación de la energía vital que lo sostiene. Y cada individuo tiene una energía vital única que se expresa de forma única. Por esto, cada paciente manifiesta un cuadro de enfermedad único, expresión del desequilibrio de su energía vital en los diferentes planos de su ser: síntomas físicos concretos, tendencias a ciertas enfermedades, obsesiones mentales, sueños repetitivos, miedos, sensaciones extrañas, etc. Si ésta desviación de la energía vital no se corrige en profundidad, termina condicionando al individuo a vivir en desequilibrio, tanto en su salud física como en su libertad interior, impidiendo el desarrollo pleno de su potencial de vida.
Por ésta razón, tratar afecciones locales, como unas anginas o una bronquitis, tal y como lo hace la medicina alopática o convencional, no es en realidad curar, sino simplemente suprimir uno de los síntomas que produce la energía vital desequilibrada. La energía vital del organismo produce síntomas como mecanismo de compensación del estado de desequilibrio; por ejemplo, en una situación de estrés muy fuerte, se puede producir un estado de gripe que obliga a la persona a guardar cama y descansar. Otro ejemplo es cuando en un estado de infección generalizada, el organismo produce un cuadro de fiebre para combatir las bacterias o virus que han invadido el cuerpo. La reacción de la energía vital al desequilibrarse, es localizar la desarmonía mediante la creación de un síntoma y así salvar la totalidad del organismo.
Cuando se suprime el síntoma creado por la energía vital como mecanismo de preservación del resto, entonces se crea un desequilibrio aun más profundo que será expresado con síntomas aún más graves: comenzando por la piel hasta llegar a los órganos vitales, localizándose finalmente en la mente, o terminando con la vida del paciente. Como ejemplo simple podemos exponer que, en muchos casos, al suprimir una psoriasis o una dermatitis atópica en un niño, se produce posteriormente un cuadro de asma. En otros casos, al suprimir el asma del niño, se producen cuadros de conducta anómala, como la hiperactividad ó un cuadro de atención deficitaria.
Podemos pues decir que, ‘no está enfermo el paciente porque presenta una artritis, sino que el paciente está enfermo, y por ello produce una artritis’. Curar la artritis en este caso no es curar al paciente, sino sólo suprimir una manifestación de su desequilibrio. La situación se podría comparar con un coche que, teniendo problemas en el motor, dispara la luz roja de la temperatura o del aceite como medio de llamar la atención para que el dueño arregle el problema de fondo. ¿Qué pensaríamos si al llevarlo al taller, el mecánico se limitara a arrancar la bombilla roja encendida en vez de arreglar el depósito del aceite? En realidad, el único objetivo posible de una verdadera curación es el restablecer el equilibrio de la fuerza vital del organismo.

La homeopatía unicista tiene en cuenta a la persona como una unidad única e indivisible. Así pues, la homeopatía unicista no emplea simultáneamente remedios diversos para los diferentes síntomas de la persona—un remedio para la psoriasis, otro para digestiones lentas y otro para la tristeza--- sino que emplea un remedio único cada vez para tratar el desequilibrio de fondo que es el que produce todos los síntomas del paciente, el auténtico ojo del huracán de la enfermedad y del malestar del ser humano. Cuando se restablece la salud de éste modo, no sólo desaparecen los síntomas inmediatos que presenta la persona, sino que también se fortalece su salud en general y se evita el desarrollo de enfermedades más serias en el futuro.



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SALUD INTEGRAL





LA HOMEOPATÍA Y LA SALUD INTEGRAL
Nuestro concepto de salud está generalmente basado en la ausencia de enfermedad. Nos consideramos saludables porque no se nos diagnosticado una enfermedad concreta, o porque no presentamos síntomas aparentes de enfermedad: no tenemos fiebre, infección, o hinchazón y dolor en las articulaciones, palpitaciones violentas en el pecho o cáncer. Mientras no tengamos que ir al médico, estamos saludables. Nuestra idea de salud está además limitada mayormente al cuerpo físico, con algunas excepciones de cuadros extremos mentales. Desde esta perspectiva, nuestro actual concepto de salud no sólo es negativo sino también limitado.
Sin embargo, a pesar de creernos saludables, nuestras vidas no siempre discurren como querríamos. No nos pensamos enfermos aunque nos cuesta muchísimo levantarnos por las mañanas y no rendimos bien en el trabajo; ó tenemos insomnio a menudo porque nos torturamos con pensamientos recurrentes de venganza hacia alguien que nos hizo daño en el pasado; ó bien, queremos a nuestra pareja pero los celos excesivos o frecuentes ataques de ira hacen que nuestra relación sentimental sea imposible. En resumen, nuestras vidas están limitadas por tendencias y condiciones que se escapan a la definición convencional de salud y por tanto no tienen cabida dentro de las consultas médicas. En realidad todas estas condiciones deben formar parte del concepto de salud integral de la persona. Cualquier condición que impida el desarrollo natural de una persona tiene que verse desde este punto de vista como enfermedad, como situación inarmónica que lleva eventualmente al estancamiento, a la enfermedad y finalmente a la muerte.
El ser humano es una unidad y todo lo relativo a esa unidad está inextricablemente relacionado e interconectado. La ausencia de síntomas físicos concretos no es suficiente para determinar el estado de salud de un individuo. Para sentirse realmente saludable es preciso contar simultáneamente con un nivel alto de vitalidad, con integridad emocional y fuerza espiritual.
En Homeopatía, la salud se define como libertad. Libertad física, emocional y mental, que le permita al ser humano desarrollar su destino y perseguir sus objetivos libremente. Samuel Hahneman, el fundador de la medicina homeopática, estableció que, “En el ser humano saludable, la fuerza vital gobierna libremente el organismo, manteniendo todas sus partes en funcionamiento armónico, tanto en las funciones como en las sensaciones, de modo que la mente dotada de razón pueda utilizar este organismo vivo y saludable para los fines más nobles de nuestra existencia”, (Organon, 9).
La tarea del homeópata es restablecer la armonía en todas las esferas de la persona, de forma suave y duradera, de modo que pueda reemprender su vida con la mayor plenitud y vitalidad posible. Por este motivo en la consulta homeopática no sólo se valoran los síntomas físicos de la persona, sino también su estado emocional y mental, su cuadro genético, su pasado traumático, y hasta sus sueños. Toda aquella información que le permita al homeópata obtener una idea completa de la persona es fundamental para llegar a recomendar un remedio que sea capaz de devolver la salud perdida de la persona. El objetivo es seleccionar una sustancia homeopática que cubra todas las esferas del individuo.
La falta de armonía que llamamos enfermedad se expresa tanto en los síntomas físicos como también en cuadros mentales y emocionales. Por eso, a la hora de una consulta de seguimiento, el homeópata no solo valora la resolución de los problemas físicos y emocionales, sino el correlativo incremento en el bienestar general de la persona, su nivel más alto de vitalidad, así como los cambios positivos que han ocurrido en su vida. Por ejemplo, alguien tratado con Lycopodium Clavatum, el homeópata espera que no sólo desaparezcan los síntomas de asma y de distensión abdominal, sino también que se modere su excesiva timidez social, a la vez que se atenúe su tendencia dominadora, bajo la cual esconde su gran complejo de inferioridad. En otro ejemplo, la persona que recibe Arsenicum Album, no sólo deberá volver a la consulta presentando una mejoría de su ulcera sangrante, sino que también expresará que en general siente menos frío, duerme mejor por la noche y ya no tiene pensamientos obsesivos sobre la pobreza o la muerte. Así mismo, quien ha recibido un tratamiento de Sepia Officinalis, no sólo verá regularizada su menstruación y mejorada su anemia y fatiga crónica, sino que también alegará llevarse mejor con su marido y con sus hijos.
Esto es lo que denominamos en homeopatía sanación integral, aquella que ocurre en todas las esferas de un ser humano, reorganizando el funcionamiento equilibrado del organismo en su totalidad, y proporcionándole finalmente su potencial máximo de vigor y vitalidad.

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